Teoría del comercio
internacional
El estudio del comercio
exterior ha formado parte del cuerpo teórico de la economía. Aún y cuando
el entorno económico, político y social en los que surgen los estudios de la
corriente clásica es muy diferente a la realidad de nuestros días, el análisis
del planteamiento clásico constituye el fundamento para la comprensión de la
teoría y la lógica de los posteriores desarrollos de la teoría del comercio
internacional.
Dada esta perspectiva, el
objetivo de este artículo es analizar los fundamentos de la teoría clásica del
comercio internacional y definir como se establece el patrón de especialización
de los países bajo la óptica de Adam Smith, David Ricardo y John Stuart Mill.
Fundamentos de la teoría
clásica del comercio internacional
La ciencia económica
estudia la realidad y los fenómenos económicos, aunque existen limitaciones en
la predicción y experimentación. Los economistas usan teorías económicas y modelan
por dos razones esenciales:
1) Para tener un mejor
entendimiento de un problema económico particular.
2) Para pronosticar el
efecto de cambios en variables, políticas y estrategias.
Desde tiempos de Adam Smith
y David Ricardo, el estudio del comercio exterior ha formado parte del cuerpo
teórico de la economía. La teoría clásica del comercio internacional se basa en
la teoría del valor trabajo, la cual afirma que el trabajo es el único factor
de la producción y que en una economía cerrada, los bienes se intercambian de
acuerdo con las dotaciones relativas de trabajo que contienen la teoría del
comercio es resultado de la aplicación del paradigma clásico, basado en la
división del trabajo y en la noción de productividad, en la determinación de
tres cuestiones básicas:
1) Las ganancias del
comercio
2) Los patrones del comercio
3) Los términos de
intercambio
Los
economistas clásicos captaron los beneficios del comercio internacional. Partidarios del liberalismo
económico, fueron convencidos defensores de sus ventajas, tanto en el campo
teórico como en el práctico. Lucharon contra los intereses de los
partidarios del antiguo régimen y de la aristocracia terrateniente, partidarios
de reforzar las barreras arancelarias para defender los productos agrícolas. En
el campo de la ciencia económica elaboraron teorías que aún hoy siguen estando
plenamente vigentes.
Modelo de la ventaja
absoluta de Adam Smith
La teoría clásica del
comercio internacional tiene sus raíces en la obra de Adam Smith, éste pensaba que las mercancías
se producirían en el país donde el coste de producción (que en el marco de su
teoría del valor-trabajo se valora en trabajo) fuera más bajo y desde allí se
exportarían al resto de países. Defendía un comercio libre y sin trabas para
alcanzar y dinamizar el proceso de crecimiento, era partidario del comercio
basado en la ventaja absoluta y creía en la movilidad internacional de los factores
productivos. Según sus teorías, la ventaja absoluta la tienen aquellos países
que son capaces de producir un bien utilizando menos factores productivos que
otros, y por tanto, con un coste de producción inferior a la que se pudiera
obtener utilizándolo.
Modelo de David Ricardo.
Teoría de la ventaja comparativa
Esta teoría supone una
evolución respecto a la teoría de Adam Smith; para David Ricardo, lo decisivo no son los
costos absolutos de producción, sino los costos relativos, resultado de la
comparación con los otros países. De acuerdo con esta teoría un país siempre
obtendría ventajas del comercio internacional, aún cuando sus costes de
producción fueran más elevados para todo tipo de productos fabricado, porque
este país tenderá a especializarse en aquella producción en la que
comparativamente fuera más eficiente.
Modelo Heckscher-Ohlin
Este modelo parte de la
teoría de David Ricardo de la ventaja comparativa y afirma que, los países se
especializan en la exportación de los bienes cuya producción es intensiva en el
factor en el que el país es abundante, mientras que tienden a importar aquellos
bienes que utilizan de forma intensiva el factor que es relativamente escaso en
el país.
La nueva teoría del comercio internacional y la
política comercial estratégica
El sustento básico de las
teorías antes expuestas era la existencia de competencia perfecta, que
permitía, por la vía del libre comercio, aumentar el bienestar de los países. A
finales de los años 1970 y principios de la década de 1980, surgieron algunos
economistas como Paul Krugman, Avinash Dixit, James Brander y Barbara J. Spencer
que esbozaron unas nuevas elaboraciones teóricas fundadas en la existencia de
fallos de mercado que ponían en cuestión, no en todos los casos, la teoría
clásica del comercio internacional de que los intercambios internacionales se
fundamentan exclusivamente en la teoría de la ventaja comparativa y que la
defensa bajo cualquier circunstancia del libre comercio y, de la no
intervención estatal en esta área económica pudiera no ser la práctica óptima.
En palabras de Krugman: el replanteamiento de la base analítica de la política
comercial es una respuesta al cambio real ocurrido en el ambiente y al progreso
intelectual logrado en el campo de la economía.
Estas nuevas teorías
utilizan las herramientas de la teoría económica y la formalización matemática
y suponen una crítica de mayor profundidad a las teorías neo-clásicas que las
provenientes de otros campos de la economía como la sociología o la estructura
económica. Asimismo, tratan de responder a dos cuestiones: la primera es por
qué se comercia y la segunda, cómo debe ser la política según estas nuevas
explicaciones.
La base argumental de esta teoría radica en cuando
no es posible alcanzar un óptimo de Pareto a nivel mundial debido a fallos de
mercado, hay que optar por elegir situaciones denominada second best o segundo
óptimo. Entre las infinitas situaciones de segundo óptimo, los Estados pueden
preferir unas a otras y tomar las medidas que lleven a colocarse en un segundo
óptimo distinto del establecido. Los fallos de mercado que justifican la
política comercial estratégica son básicamente la existencia de beneficios
extraordinarios en un sector económico y la existencia de externalidades
tecnológicas de carácter positivo.
Articulo editado por:
Kevin González
Kevin González
Daniel Gómez
Cesar Martínez
Manuel Vivas
Cesar Martínez
Manuel Vivas
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